Panorama general
Desde que asumí el cargo de Ministro de Relaciones Exteriores, vengo haciendo todo lo posible por llevar adelante una “diplomacia sustancial” orientada a los resultados y destinada a lograr un avance continuo hacia el objetivo de maximizar los intereses nacionales de Japón. Aun en medio del esfuerzo llevado a cabo por Japón por recuperarse después del Gran Terremoto del Este de Japón, han surgido una cantidad de nuevos acontecimientos dentro de la comunidad internacional. Entre éstos, la creciente importancia de los países emergentes, la diversidad cada vez mayor de quienes desempeñan un papel internacional activo, los avances pioneros en las tecnologías de la información y la comunicación, la crisis económica en Europa y el movimiento a favor de la democracia, tal como se vio en el caso de la “Primavera Árabe”. Además, durante el 2012 se prevén elecciones o cambios de liderazgo en muchos países, entre otros, los Estados Unidos, China, la República de Corea (ROK), Rusia y Francia.
Los tres pilares que sostienen los intereses de un país son la seguridad, la prosperidad y los valores. Para que Japón proteja sus intereses nacionales, además de nuestros propios esfuerzos en materia de seguridad, será importante minimizar los riesgos y maximizar las oportunidades de crecimiento dentro de la región Asia-Pacífico donde estamos situados. Esto requiere un orden regional próspero y estable basado en valores democráticos, seguir adelante con la recuperación en marcha después del desastre del año pasado que continúa siendo nuestra tarea más grande, y trabajar para revitalizar a Japón a través de la coexistencia armoniosa con otros países en la región.
Es indispensable procurar un mundo pacífico y estable para garantizar la prosperidad de Japón. En este sentido, es importante que superemos nuestra tendencia a mirar hacia adentro. Ya estamos trabajando con este fin. Además de generar un impulso que revierta el deterioro del presupuesto para la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD), que bajó a la mitad en los últimos 14 años, enviamos una unidad de las Fuerzas de Autodefensa (SDF es su sigla en inglés) para realizar contribuciones personales en Sudán del Sur, formulamos Pautas para la Transferencia al Exterior de Equipos de Defensa, etc., e iniciamos consultas para participar en las negociaciones de la Asociación Trans-Pacífico (TPP) con los países interesados. En lo que respecta a los rumores perjudiciales relativos a productos japoneses a raíz del accidente nuclear, lo cual incluye restricciones a las importaciones, estamos viendo ejemplos alentadores en la Prefectura de Fukushima, donde, en algunos casos, los precios mayoristas promedio para el ganado están retornando a los niveles previos al desastre. Continuaremos trabajando en forma persistente para resolver este problema. Este año, es esencial que Japón continúe utilizando su capacidad conceptual característica para “dar vuelta el marcador”. En otras palabras, para transformar los desafíos en oportunidades. Esto podría incluir aprovechar la reconstrucción después del desastre para revitalizar a Japón, por ejemplo, o utilizar el cambio climático como una oportunidad para llevar la tecnología japonesa al mundo. Me comprometo a llevar adelante una diplomacia activa no sólo en la región de Asia-Pacífico, sino también en el escenario mundial.
Crear un orden próspero y estable en la región de Asia-Pacífico
En Asia, Japón enfrenta un entorno internacional en pleno cambio. Si queremos maximizar las oportunidades de crecimiento en la región de Asia-Pacífico minimizando a la vez los riesgos, creo que Japón necesita crear redes abiertas y de múltiples niveles con los países de la región, sobre la base de normas que adhieran al derecho internacional.
Para ello, además de reforzar la cooperación entre estos países, Japón ha intervenido a fin de resolver cuestiones comunes utilizando marcos existentes como la Cumbre de Asia Oriental (EAS) y la Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC).
En respuesta a los cambios en el entorno internacional en el siglo XXI, seguiremos deliberando continuamente con el fin de establecer cómo debería ser la Alianza Japón-Estados Unidos para construir un orden próspero y estable en la región Asia-Pacífico.
La Alianza Japón-Estados Unidos es el eje de la política exterior y de seguridad japonesa y un bien público para la estabilidad y la prosperidad no sólo de la región Asia-Pacífico sino del mundo. Hemos profundizado nuestra relación de confianza con los Estados Unidos en diversos niveles. Sobre esta base, Japón intentará profundizar y desarrollar más la Alianza, sobre todo teniendo como núcleo las áreas de seguridad, economía y los intercambios culturales y de pueblo a pueblo.
En el área de seguridad, impulsaremos una cooperación concreta en toda una gama de áreas, sobre la base del resultado del Comité de Consulta sobre Seguridad Japón-Estados Unidos (“2+2”) llevado a cabo el año pasado. Dentro de este contexto, sobre la base del reconocimiento de que las Fuerzas estadounidenses en Japón desempeñan un papel esencial garantizando la disuasión vital para Japón, el gobierno japonés realizará todos los esfuerzos que estén a su alcance por obtener la comprensión del pueblo de Okinawa en lo que se refiere a la reorganización de las Fuerzas estadounidenses estacionadas en Japón, lo cual incluye la reubicación de la Base Aérea de Futenma. En cuanto a la reducción del impacto en Okinawa, hemos hecho avances en varios frentes, entre otros, el acuerdo alcanzado en la Comisión Conjunta Japón-Estados Unidos para crear un nuevo marco relacionado con los miembros de la parte civil de las Fuerzas estadounidenses en Japón. Estoy decidido a continuar acumulando resultados visibles, paso a paso, en ese aspecto.
La participación plena de China será esencial si queremos crear redes abiertas y en varios niveles en la región Asia-Pacífico. Junto con China, trabajaremos para profundizar la “Relación mutuamente beneficiosa basada en intereses estratégicos comunes” durante 2012, año del cuadragésimo aniversario de la normalización de las relaciones diplomáticas entre Japón y China. Un rol constructivo de China es fundamental para la estabilidad y la prosperidad, no sólo de la región, sino del mundo en su conjunto. Con ese fin, está en marcha la cooperación bilateral en una amplia gama de áreas, y Japón y China están avanzando con iniciativas concretas fundadas en un consenso bilateral. El diálogo estratégico trilateral y la cooperación entre Japón, los Estados Unidos y China es más importante que nunca para la paz y la estabilidad de la región. Trabajaremos con el fin de iniciar las conversaciones Japón-Estados Unidos-China, que propuse el año pasado, además de los marcos Japón-China-ROK, Japón-Estados Unidos-ROK, Japón-Estados Unidos-Australia, y Japón-Estados Unidos-India ya en marcha.
La República de Corea (ROK), que comparte valores fundamentales con Japón, es el país vecino más importante para nosotros. Japón y la República de Corea tienen que cooperar desde una perspectiva amplia, fundada en un pensamiento orientado al futuro, aun cuando surjan de tanto en tanto problemas difíciles entre ambos países. Para reforzar y multiplicar los niveles de los vínculos bilaterales, Japón continuará aumentando los intercambios de pueblo a pueblo entre ambos países, incluso entre dirigentes y ministros, así como también los intercambios culturales. Si bien el tema de Takeshima no es algo que pueda resolverse de la noche a la mañana, de más está decir que nuestro país continuará transmitiendo claramente a la parte de ROK que Japón no aceptará lo que Japón no puede aceptar.
En lo que se refiere a la relación Japón-Rusia, nos esforzaremos por desarrollar una cooperación en todas las áreas, incluida la cooperación para el éxito de la Cumbre de APEC en Vladivostok, con la idea de establecer relaciones apropiadas como socios en la región Asia-Pacífico. Asimismo, durante mi reciente visita a la Subprefectura Nemuro de Hokkaido, reiteré mi firme decisión de resolver el tema de los Territorios del Norte, el principal tema pendiente entre Japón y Rusia, sin más dilación. Espero que se lleven a cabo importantes discusiones sobre los Territorios del Norte entre ambos gobiernos, incluso durante la próxima visita del Ministro de Relaciones Exteriores ruso Sergey Lavrov a Japón.
Respecto de la situación en la península coreana, responderemos adecuadamente a la nueva situación luego de la muerte de Kim Jong-Il, Presidente de la Comisión Nacional de Defensa de Corea del Norte. A través de la cooperación entre Japón, los Estados Unidos y la República de Corea, Japón exhortará vivamente a Corea del Norte a emprender acciones concretas, como la suspensión inmediata de sus actividades de enriquecimiento de uranio, hecho que constituye una violación de las correspondientes resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y de la Declaración Conjunta de las Conversaciones de las Seis Partes. En cuanto a la relación bilateral de Japón con Corea del Norte, Japón intenta normalizar la relación, de conformidad con la Declaración Japón-DPRK Pyongyang, por medio de una resolución integral de las cuestiones pendientes, como la sustracción de personas, el problema nuclear y de los misiles, y mediante el arreglo de la controversia por el infausto pasado. El tema de la sustracción de personas es importante para la soberanía de Japón, así como también para las vidas y la seguridad de nuestros ciudadanos, y es un tema de grave preocupación para toda la comunidad internacional. Haremos todos los esfuerzos que estén a nuestro alcance para hacer realidad el retorno de todas las personas sustraídas lo antes posible.
En 2011, Japón y la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (SEAN) adoptaron la “Declaración de Bali” en la Cumbre Japón-ASEAN. Sobre la base de dicha Declaración, promoveremos la cooperación para mejorar la Conectividad ASEAN y cooperar en materia de gestión de desastres y otras áreas. Este año, llevaremos a cabo la Cumbre Mekong-Japón en Japón y profundizaremos la cooperación con los países de la región del Mekong.
En lo que se refiere a la relación con Australia, llevaremos adelante la cooperación en el área de seguridad y aumentaremos nuestra interdependencia económica. Desarrollaremos aún más nuestra Asociación Estratégica y Global con India, a partir de los resultados de la visita a India que el Primer Ministro Noda realizó al final del año pasado.
Durante mi visita a Myanmar a fines del año pasado, comuniqué a los líderes del Gobierno de Myanmar, la evaluación realizada por Japón sobre las recientes actividades tendientes a la democratización y la reconciliación nacional, y los exhorté con vehemencia a emprender más esfuerzos, entre éstos, la liberación de presos políticos. También me reuní con Daw Aung San Suu Kyi, y hablamos del Estado de derecho, de la democracia, del libre comercio, la dignidad humana y la seguridad, tomando ejemplos de la experiencia de Japón. Transmití a ambas partes la intención de Japón de apoyar más reformas sobre la base de la relación históricamente amistosa entre nuestros dos países. Desde entonces, numerosos presos políticos han sido liberados en Myanmar. Celebramos este hecho.
En cuanto a las relaciones con los países insulares del Pacífico, realizaremos nuestro máximo esfuerzo por fortalecer aún más nuestros lazos a través de la próxima Reunión de Líderes de las Islas del Pacífico (PALM6), que organizará Japón en Okinawa en mayo de este año.
Desde la antigüedad, Japón ha tenido flexibilidad para asimilar e integrar influencias culturales de Oriente y Occidente, y ha desarrollado un sistema de valores que valora la armonía y el respeto mutuo. Nuestro país viene incorporando valores occidentales a su cultura, sin por ello dejar de estar arraigado en los valores asiáticos y es uno de los primeros países de Asia que adoptó la democracia. Creo que precisamente en razón de estas cualidades, a Japón le cabe un papel muy importante, y espero que podamos desempeñarlo.
Superar la tendencia de Japón a mirar hacia adentro y responder al desafío de resolver cuestiones globales
Los aportes de Japón no se limitarán a crear las redes que acabo de mencionar en la región Asia-Pacífico. También abordaremos activamente los temas que afectan a la comunidad internacional.
La primera contribución importante se refiere al ámbito de la política y la seguridad. Japón desempeñará un papel más activo en el mantenimiento de la paz y la construcción de paz participando en las Operaciones de Paz de las Naciones Unidas. Además de iniciativas como la de Haití y otras, el gobierno japonés comenzó últimamente a enviar una unidad de ingeniería de las Fuerzas de Autodefensa a participar en la Misión de Naciones Unidas en la República de Sudán del Sur (UNMISS). Seguiremos colaborando a favor de la paz y la estabilidad de la comunidad internacional participando en el área de mayor fuerza de Japón, y trabajaremos para implementar las condiciones necesarias que requiere dicho esfuerzo.
La construcción de paz en Afganistán es una tarea importante que la comunidad internacional debe llevar a cabo con éxito. En una reunión con el Presidente Hamid Karzai durante mi reciente visita a Afganistán, dejé bien claro que Japón continuará apoyando las iniciativas para alcanzar la estabilidad y un crecimiento sustentable. También hablamos sobre el contenido de una conferencia a nivel ministerial que se realizará en Tokio en julio próximo, y compartimos en general la visión relativa al rumbo concreto. Ahora coordinaremos con otros países participantes cómo producir resultados. Para poder garantizar la estabilidad en Afganistán, también nos concentraremos en mantener la estabilidad en la región, lo cual incluye a Pakistán.
Respecto del proceso de paz en Medio Oriente, Japón seguirá haciendo su aporte trabajando a favor de la reanudación de negociaciones concretas y brindando asistencia a los palestinos, entre otras medidas.
Es importante que Japón garantice la seguridad de la navegación. Además de nuestras operaciones contra la piratería en el Golfo de Aden, seguiremos ampliando nuestra ayuda para la estabilización de Somalia y la construcción de capacidad para la aplicación del derecho marítimo en los países vecinos. En lo que se refiere a la cooperación en el mar, un bien público de la comunidad internacional, hicimos cierto avance en la Cumbre de Asia Oriental del año pasado. Continuaremos trabajando activamente con otros países de Asia-Pacífico para reforzar visiones comunes y normas compatibles con el derecho internacional.
En el campo del desarme y la no proliferación nuclear, además de seguir adelante con la implementación continua del Plan de Acción adoptado en la Conferencia de Revisión 2010 del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), promocionaremos la Iniciativa de Desarme y No Proliferación (NPDI) lanzada por Japón y Australia, y desempeñaremos un papel de liderazgo en las discusiones en el seno de la comunidad internacional con el fin de hacer realidad un “Mundo sin Armas Nucleares” mediante la disminución del riesgo nuclear. En el área de la no proliferación, Japón tiene serias preocupaciones, sobre todo con respecto a la situación actual de los problemas nucleares de Corea del Norte e Irán. Para disipar las preocupaciones de la comunidad internacional, exhortamos a Irán a tomar una decisión a favor de una resolución pacífica y diplomática de la situación, y a adoptar sin demora medidas consistentes a tal efecto. Reconociendo la necesidad de sanciones efectivas y de precios del petróleo estables, Japón desempeñará un papel activo para resolver la situación en coordinación con la comunidad internacional.
En cuanto al tema de la seguridad nuclear, luego del accidente en la Central Nuclear Fukushima Daiichi de Tokyo Electric Power Company, creo que Japón tiene la responsabilidad de compartir con la comunidad internacional el conocimiento y las lecciones aprendidas a partir de una investigación exhaustiva del accidente, contribuyendo de esa forma a mejorar la seguridad nuclear internacional. Como parte de estos esfuerzos, nuestro país organizará una conferencia internacional de alto nivel sobre seguridad nuclear en el segundo semestre de este año, auspiciada conjuntamente con la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA).
Para desarrollar un nuevo orden internacional, es esencial fortalecer las Naciones Unidas. Japón viene trabajando para reformar la organización y para reforzar las funciones de las Naciones Unidas. En particular, trabajaremos activamente para llevar a cabo la reforma del Consejo de Seguridad y la pertenencia permanente de Japón a dicho Consejo. También nos esforzaremos por promover la representación de personal japonés, particularmente en los niveles superiores de dirección, en las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales.
En relación a la Convención sobre los Aspectos Civiles de la Sustracción Internacional de Menores (Convención de La Haya), basada en el Acuerdo del Gabinete de mayo del año pasado, el Gobierno se propone presentar el convenio y la legislación interna pertinente para su aprobación a la Dieta durante el actual período de sesiones.
El segundo aporte está referido al frente económico y social. La AOD constituye un medio sumamente eficaz para alcanzar la estabilidad y el desarrollo en los países en desarrollo, resolver problemas globales, y lograr la paz y el desarrollo en el propio país. Fortaleciendo nuestra cooperación con las economías emergentes, cuya influencia ha venido creciendo considerablemente en los últimos años, implementaremos la AOD en forma estratégica y efectiva, trabajando codo a codo con ONG y otros sectores privados. Específicamente, Japón desempeñará un papel primordial en iniciativas como el logro de los Objetivos de Desarrollo para el Milenio (ODM), la formulación de nuevas metas de desarrollo para después de 2015, asumiendo el liderazgo en materia de reducción de riesgos de desastres y construcción de paz. Japón también continuará apoyando el crecimiento sustentable en países en desarrollo a través del desarrollo de infraestructura y otro tipo de ayuda. Todas estas iniciativas se apoyan en la filosofía de la seguridad humana sobre cuya base hemos encabezado las discusiones en la comunidad internacional, exhibiendo nuestra vigorosa fuerza conceptual.
En África, donde hacer realidad la seguridad humana es una cuestión fundamental, trabajaremos en forma continua en un programa diplomático basado en los tres pilares de ampliar la ayuda al desarrollo, el comercio y la inversión, contribuyendo a la paz y la estabilidad, y resolver cuestiones globales. Además, el año próximo seremos sede de la Quinta Conferencia Internacional de Tokio sobre el Desarrollo Africano (TICAD V) en Yokohama.
Como parte de los esfuerzos actuales por alcanzar un desarrollo global sustentable, colaboraremos en el debate en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sustentable (Río+20) a realizarse en junio próximo y en la 18° reunión de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP18) a fin de año, desempeñando un papel importante en el esfuerzo global por sentar las bases para avanzar hacia una economía verde y lograr un crecimiento de bajo carbono. Esta primavera, llevaremos a cabo en Tokio el Diálogo de la Asociación para el Crecimiento de Bajo Carbono en Asia Oriental. Nuestro objetivo es utilizar la tecnología avanzada de nuestro país para ofrecer al mundo un modelo de vanguardia para el ahorro de energía, la creación de energía y el almacenamiento de energía.
Para poder garantizar una oferta estable de recursos energéticos y minerales como los combustibles fósiles y los metales raros, así como también los alimentos, necesitamos fortalecer nuestras relaciones de cooperación en múltiples niveles con países con una gran riqueza de recursos, como las nuevas economías emergentes. Dado que Japón depende considerablemente de las importaciones para cubrir sus necesidades de combustibles fósiles, continuaremos realizando esfuerzos por alcanzar la seguridad energética trabajando para crear una relación más fuerte con países proveedores de recursos y con los países que están situados sobre las rutas de transporte. Conscientes de que un abastecimiento continuo y un precio estable del petróleo constituyen los factores más importantes para alcanzar la seguridad energética, visité algunos países en Medio Oriente a comienzos de enero. Al mismo tiempo, debemos confiar en nuestras fortalezas en materia de tecnología energética y ambiental, la cual ya se encuentra en el nivel más avanzado en el mundo. Durante mis recientes reuniones con figuras de alto nivel en los países de Medio Oriente, promoví una cooperación con los países de la región en esa área, y recibí un apoyo entusiasta.
Para garantizar que el crecimiento en el exterior conduzca al crecimiento de Japón, como país comercial, debemos considerar tanto la demanda global como la demanda interna de Japón. Partiendo de la Política Básica sobre Asociaciones Económicas Integrales, Japón desempeñará un papel importante para la concreción de la Zona de Libre Comercio de Asia-Pacífico (FTAAP) y propiciará asociaciones económicas de alto nivel con una gama más amplia de países de una manera activa y multifacética. En términos concretos, en lo que se refiere a la Asociación Trans-Pacífico (TPP), realizaremos esfuerzos para reunir más información, a través de consultas, con el fin de participar en las negociaciones por TPP con los países involucrados, respecto de qué esperaría cada país de Japón y, a través de un debate nacional suficiente, llegar a una conclusión sobre la TPP que sea fiel a la perspectiva de nuestros intereses nacionales. Nos proponemos iniciar pronto las negociaciones sobre la Zona de Libre Comercio trilateral Japón-China-ROK. Por otra parte, también avanzaremos con las negociaciones por una EPA con la República de Corea y Australia y apuntaremos a iniciar prontamente las negociaciones relativas a una EPA Japón-Estados Unidos, realizando a la vez una contribución activa al establecimiento de un marco para una asociación económica como ASEAN+3 y ASEAN+6. También es importante desarrollar mercados en el exterior. Hay una gran demanda global de infraestructura, especialmente en Asia. Ofreciendo nuestra tecnología de avanzada en áreas como ferrocarriles de alta velocidad, infraestructura de aguas y tecnología ambiental, nos proponemos sostener el desarrollo y construir una relación “satisfactoria para todos” con otros países en la región al tiempo que crecemos juntos. Analizaremos la posibilidad de usar la AOD en este contexto, lo cual incluye el Financiamiento de Inversiones del Sector Privado por la Agencia Japonesa de Cooperación Internacional (JICA).
En tercer lugar, es importante que llevemos adelante una diplomacia fundada en los valores japoneses. Desde la antigüedad, Japón absorbió culturas y tecnologías muy diversas de otros países, imprimiéndoles flexiblemente un giro japonés y creando lo que podría describirse como una marca japonesa. Recientemente, se difundió en Arabia Saudita un programa de TV que muestra la cultura japonesa de la cortesía, despertando un interés generalizado por Japón. Posteriormente, el número de visas de visitantes a Japón emitidas por el país se triplicó. Exportar la cultura japonesa será parte de nuestra estrategia nacional. Esto debería ir más allá de la Iniciativa “Cool Japan” destinada a comunicar a los extranjeros toda la diversidad de las atracciones japonesas, incluidas sus virtudes, para fomentar una mayor comprensión de los valores japoneses. También aumentaremos la contribución internacional que hace Japón a través de la cooperación en el frente cultural. En particular, concentraremos nuestros esfuerzos asimismo en los intercambios de pueblo a pueblo, como una forma de nutrir el kizuna entre Japón y el resto del mundo que fue visible después del desastre del terremoto el año pasado.
Crear un entorno para mejorar la capacidad diplomática integral de Japón
Para implementar eficazmente las políticas que acabo de señalar, es esencial promover una diplomacia de “Todo Japón” en la cual cada una de las partes interesadas del país participe y desempeñe su función. Tomando como base esta premisa, reforzaremos la cooperación con gobiernos locales, empresas privadas, ONG y la opinión pública. Para brindar apoyo, sobre todo a las actividades internacionales de las corporaciones japonesas, trabajaremos con el fin de proteger las vidas, la seguridad y los bienes de los ciudadanos japoneses y promocionaremos sus intereses en el exterior. También trabajaremos para aumentar nuestra capacidad de reunir y analizar la información de inteligencia que es esencial para nuestra política exterior. También tomaremos la iniciativa a la hora de divulgar archivos diplomáticos.
Conclusión
El año pasado, Japón sufrió un gran desastre natural de proporciones sin precedente. En esa oportunidad, la resiliencia de los habitantes de las zonas afectadas y de todo el pueblo japonés, primero, aceptando el desastre y luego saliendo a trabajar en la recuperación, atrajo la atención del mundo. En Genshi Shiroku, una obra que ha sido mi preferida por más de 20 años, Issai Sato, el sabio confuciano del período Edo, escribió: “Quien encuentre adversidad debería tratarla como buena suerte. Quien tenga buena suerte no debería olvidar la adversidad”. Este año es el Año del Dragón. Esta época de dificultades es el momento ideal para que Japón supere su tendencia a mirar hacia adentro y para que se eleve como un dragón, cumpliendo más activamente que nunca el papel que estamos llamados a desempeñar en el mundo.
La diplomacia depende de la fuerza conjunta de todo el país. Solicito la cooperación de todos los miembros de la Dieta, sin importar su filiación partidaria, y la comprensión y la cooperación del pueblo japonés.