Ha transcurrido un mes del devastador terremoto y posterior
tsunami en el Gran Terremoto del Este de Japón
que asoló el país dejando tras de sí
a más de 13.000 personas fallecidas, a más
de 14.000 personas que aún siguen desaparecidas
y con cerca de 150.000 personas que todavía viven
como refugiados. No sólo a los ciudadanos japoneses
sino también a muchos ciudadanos del extranjero
que han padecido los efectos de esta catástrofe,
a todos sus familiares quiero transmitirles de todo corazón
que les acompaño en el sentimiento.
Sobre la situación en la central
nuclear de Fukishima Daiichi, en estos momentos se están
realizando todos los esfuerzos, movilizando todos los
recursos y efectivos disponibles, para lograr estabilizar
la situación lo antes posible.
El mes que ha transcurrido desde el inicio
de la catástrofe, ha sido un período extraordinariamente
duro para Japón. Sin embargo, al mismo tiempo,
he podido comprobar de nuevo que Japón es un país
que se encuentra acompañado en todo momento por
el resto del mundo. De esta manera, debo decir que también
ha sido un período para transmitir mi agradecimiento
a todo el mundo.
Hasta el momento, han sido numerosos los
países y las regiones (más de 130), organismos
internacionales (cerca de 40), organizaciones no gubernamentales,
y personas de todo el mundo que nos han ofrecido su apoyo,
que nos han expresado además su solidaridad y ayuda
a través de donativos. Desde todas estas partes
del mundo, han acudido equipos de rescate para comenzar
desde el primer momento las labores de rescate en las
zonas afectadas por la catástrofe. El envío
de alimentos, medicamentos, equipo médico y ayuda
material, como mantas, han contribuido a levantar el ánimo
de las personas damnificadas por la catástrofe.
Asimismo, hemos recibido miles de grullas de papel, realizadas
todas ellas con enorme cariño y esfuerzo por niños
de lejanos países, con el deseo de una pronta recuperación
de aquellas zonas devastadas.
Como representante del
pueblo japonés, quiero transmitir mi más sincero
agradecimiento por todas las ayudas que hemos recibido.
Sin ninguna duda, Japón se reconstruirá
y se recuperará para volver a ser un mejor y magnífico
país. Con el fin de corresponder a los cálidos
mensajes de ánimo y de solidaridad, es un deber
y una obligación para nuestro país caminar
hacia la senda de una vida nueva, siendo ésta la
mejor muestra de agradecimiento por todo este apoyo. Además,
con la fortaleza del pueblo japonés y la cálida
colaboración de la sociedad internacional, personalmente
estoy convencido de que esto será posible.
Y con respecto a toda
la cálida ayuda recibida por parte de todos los ciudadanos
del mundo, puedo asegurarles que sin ninguna duda devolveremos
este favor que hemos recibido a través de la cooperación
internacional.
Para ello, yo mismo en persona, también dedicaré
todos mis esfuerzos a la reconstrucción del país.