10 de junio de 2009, Despacho del Primer Ministro, Tokio, Japón
1. La responsabilidad de la generación actual
Esta es una de las islas que forman la República de Kiribati en el Pacífico Sur. Tuve la oportunidad de conocer al Presidente de este bello país en una cumbre de los países insulares del Pacífico (la quinta Reunión de Líderes de las Islas del Pacífico [PALM5]) que se llevó a cabo en Hokkaido (el mes pasado). Ante todo, me gustaría hacerles saber las palabras solemnes que me dijo:
“[Es nuestro deber] como líderes ofrecer vida y esperanza a nuestro pueblo cuando sólo parece haber desesperanza y desesperación”.
Las islas de Kiribati corren peligro de quedar sumergidas y desaparecer debido al aumento de los niveles del mar causado por el calentamiento global. Se trata de una situación grave para la comunidad internacional.
Si no se controla el cambio climático, es posible que el mundo sufra un daño ilimitado debido a las condiciones meteorológicas extremas y a las inundaciones catastróficas. Prevenir el cambio climático es responsabilidad de la generación actual.
Hoy, me gustaría compartir con el público en general la responsabilidad y la determinación de Japón en relación a este tema.
A nivel mundial, se han iniciado discusiones sobre la creación de un nuevo marco cuyo objetivo es prevenir el cambio climático. Un punto importante del debate en este contexto es el objetivo de reducción de los gases con efecto invernadero (GEI) para el año 2020, el llamado “objetivo a mediano plazo”. Quiero explicar mis ideas y mi decisión respecto de este objetivo a mediano plazo.
2. El proceso de decisión – un debate nacional
Reducir los GEI tendrá un efecto considerable en el conjunto de la vida cotidiana de la ciudadanía, como por ejemplo las finanzas hogareñas y el empleo. Por lo tanto, antes de tomar mi decisión respecto del objetivo de Japón a mediano plazo, hice analizar por expertos estos efectos de manera integral y científica, incluyendo los impactos económicos. Los resultados fueron las seis opciones que ustedes ven aquí, que fueron presentadas al público y respecto de las cuales se recabaron opiniones exhaustivamente.
Fueron recibidas más de diez mil opiniones a través del proceso de comentarios de la gente, una cantidad muy grande. También realizamos encuestas de opinión y reuniones para intercambiar puntos de vista en todo el país. Agradezco a las numerosas personas que reflexionaron seriamente sobre esta cuestión.
3. Tres principios básicos
Hay tres principios básicos que desearía presentar.
(1) La participación de todos los grandes emisores y el liderazgo japonés.
El primer principio se refiere a la participación de todos los grandes emisores, o sea, los países que emiten GEI en mayor escala, y al liderazgo japonés.
Los GEI deben ser reducidos en el mundo entero para poder superar el desafío del cambio climático. Como se indica aquí, en los términos del Protocolo de Kioto, los compromisos de reducir fueron asumidos por los países que emiten sólo tres décimos de las emisiones totales del mundo. Esto aparece indicado en este gráfico de torta. Es evidente que el próximo marco de referencia tiene que incorporar a todos los grandes emisores, incluidos Estados Unidos y China, cada uno de los cuales emite 20% de las emisiones globales. Para lograrlo, Japón debe demostrar un liderazgo capaz de fijar la tendencia para el mundo.
Al mismo tiempo, la equidad, o justicia, internacional también es muy importante. Si se imponen obligaciones rigurosas solamente a Japón, las empresas y fábricas japonesas se trasladarán a otros países con compromisos más livianos. De esa manera, el dinero y los empleos simplemente se trasladarían al exterior y los GEI globales totales no disminuirían.
(2) Compatibilizar el medio ambiente y la economía.
El segundo principio consiste en garantizar que el medio ambiente y la economía sean compatibles. No debemos relajar nuestras medidas para hacer frente al cambio climático ni aun en medio de esta crisis económica única en un siglo. Para que nuestras medidas destinadas a contrarrestar el cambio climático sean perdurables, es fundamental hacerlas compatibles con la economía. El objetivo a mediano plazo no puede quedar en una mera declaración; debe estar bien fundamentado y a la vez ser factible.
(3) El logro de nuestro objetivo a largo plazo.
El tercer principio es asegurar el logro de nuestro objetivo a largo plazo.
Es necesario reducir a la mitad el total de GEI del mundo para poder estabilizar la temperatura de la Tierra. Es lo que se acordó en la Cumbre del G8 en Hokkaido Toyako el año pasado. Para alcanzar este objetivo a largo plazo en el año 2050, creo que las emisiones deben alcanzar el máximo en 2015 en los países desarrollados y en 2025 en los países en desarrollo.
Japón decidió fijar como objetivo a largo plazo una reducción de un 60 a 80% de los GEI para 2050. El objetivo a mediano plazo que decidí esta vez debe servir como jalón en el camino hacia el logro de este objetivo a largo plazo.
4. El objetivo a mediano plazo
Pasaré ahora a mi decisión sobre el mediano plazo.
(1) Un objetivo que guíe al mundo.
Más de 70% de las opiniones expresadas a través del procedimiento de comentarios de la gente apoyaron una reducción de las emisiones de 4% respecto del nivel de 2005. Apoyaron la primera de las seis opciones. Es un nivel de reducción que se alcanzaría tomando medidas cuyos costos son comparables a los costos de las que se tomarán en Europa y los Estados Unidos. Hubo muchas opiniones de apoyo a esta opción por parte de la comunidad empresarial y las organizaciones del trabajo. Obviamente, estas opiniones deben ser tomadas seriamente.
Pero para guiar al mundo en la revolución del bajo consumo de carbono, ¿no debemos tener la determinación de adelantarnos y doblar el esfuerzo? Es lo que yo creo. Y por eso elegí deliberadamente el objetivo de una reducción del 15% respecto del nivel de 2005.
Alcanzar este objetivo implicaría una reducción de las emisiones superior a la opción de “reducción del 14%” incorporando de manera audaz los aportes en el área de generación de energía solar y otros. Es un objetivo sumamente ambicioso que aspiraría a alcanzar una mejora del 33% en eficiencia energética. Este nivel de mejora excedería incluso el aumento del 30% en eficiencia en la época de las crisis del petróleo (en la década de 1970).
Por otro lado, si optáramos por un objetivo de reducción aún mayor, estaríamos en una situación, por ejemplo, en la que sólo podríamos permitir la construcción de casas con paneles solares, o en la que deberíamos seguir dando enormes cantidades de subsidios. Además, el peso para el público en general sería excesivo. Yo, en un cargo de responsabilidad, no puedo pedirle a la comunidad que acepte una opción semejante.
(2) Comparaciones con Europa y los Estados Unidos.
El objetivo japonés por el que opté supera los objetivos a mediano plazo de Europa, que se ubican en una reducción del 13% respecto del nivel de 2005, y de la administración Obama de los Estados Unidos, que es una reducción de 14% respecto del mismo año, como pueden ver en este gráfico.
Además, los objetivos a mediano plazo de Europa y los Estados Unidos serán alcanzados mediante una combinación de reducciones en los países o regiones propiamente dichos, créditos por emisiones comprados de otros países, entre otras modalidades. Por el contrario, el objetivo de Japón que decidí en esta oportunidad está calculado sobre la base de las iniciativas para ahorrar y conservar energía que se emprenderán en Japón, así como otras iniciativas internas. El objetivo apunta a iniciativas de “agua limpia” (literalmente mamizu, que significa esfuerzos netos), por así decirlo.
Las reducciones adicionales por parte de Japón, como las realizadas a través de las compras de créditos por emisiones y la reforestación, deben alcanzar 5,4%, según las estimaciones que figuran en el Protocolo de Kioto. Tomaré una decisión acerca de esas reducciones adicionales de conformidad con el próximo marco de referencia (post 2012) después de apreciar el rumbo de las futuras negociaciones internacionales. Es lo que cabe hacer obviamente en el curso de las negociaciones.
El anuncio de hoy sobre el objetivo a mediano plazo es una expresión de cómo enfoca Japón esta cuestión. Se trata, por así decirlo, de un primer paso hacia negociaciones internacionales comprometidas. Las normas efectivas serán decididas de aquí en adelante en estas negociaciones internacionales. Participaremos en ellas asiduamente y nos aseguraremos que Japón no quede solo con una desventaja injusta.
(3) Transferencia de tecnología a países en desarrollo.
La respuesta de los países en desarrollo es también un punto de discusión importante. Asegurar la compatibilidad entre el crecimiento y el medio ambiente representa un serio desafío para los países en desarrollo, que intentan alcanzar altas tasas de crecimiento. Es necesario encontrar atajos si quieren aprovechar la experiencia y el conocimiento acumulado de los países desarrollados que pasaron por muchos años de ensayo y error.
Los países en desarrollo deben emprender su propia acción y no simplemente atribuir el problema a la “responsabilidad de los países desarrollados”. Japón desea colaborar en las reducciones de las emisiones globales mediante el uso de las tecnologías para ahorro/conservación de energía y ambientales que ha desarrollado hasta el momento. Japón no se privará de ofrecer asistencia técnica a los países en desarrollo que formen parte del nuevo marco de referencia (post 2012) compartiendo el peso de la responsabilidad.
(4) El camino hacia el objetivo a largo plazo.
Algunos dirán que el objetivo a mediano plazo anunciado hoy es insuficiente para responder al imperativo científico.
Sería sumamente difícil, sin embargo, avanzar siguiendo un camino lineal hacia “una reducción de 60-80% para 2050” utilizando simplemente la tecnología existente. Es necesario el desarrollo y el uso generalizado de tecnologías innovadoras que aún no se han visto.
Haremos el máximo esfuerzo para desarrollar y promover el uso generalizado de tecnologías innovadoras y de energía nuclear. Los análisis demuestran que aunar esos esfuerzos con el logro del objetivo a mediano plazo llevará a una reducción de los GEI de alrededor de un cuarto para 2030 y aproximadamente 70% para 2050. De esa manera, el objetivo a mediano plazo allanará el camino hacia el logro del objetivo de Japón a largo plazo.
5. Enfoque para alcanzar los objetivos: las respuestas a los problemas ambientales como oportunidades para el crecimiento.
Hablando con franqueza, este objetivo a mediano plazo ciertamente no es fácil de alcanzar. La eficiencia energética de Japón ya duplica la de Europa y la de los Estados Unidos. Es la más alta del mundo.
De todos modos, no adhiero a la opinión de que “no hay más espacio para aumentar la eficiencia energética porque Japón ya cuenta con ventaja en esa área”. Hace poco visité una fábrica de vidrio en una localidad. Esta pequeña fábrica desarrolló una tecnología para eliminar las burbujas de aire del vidrio en medio segundo. Normalmente, este proceso lleva alrededor de una semana. El consumo de energía puede reducirse en un 60% mediante el uso de esta tecnología. Esto fue posible gracias a los técnicos del lugar que aprovecharon al máximo su conocimiento. Japón tiene un enorme potencial latente, como se ve en este ejemplo.
En este momento, se están incrementando los recursos humanos, la tecnología y los fondos del mundo que se destinan a las tecnologías limpias. Si nos quedamos de brazos cruzados, Japón perderá su superioridad en materia de eficiencia energética y terminaremos legando a la próxima generación un país carente de competividad económica o competitividad internacional.
Recientemente anuncié una nueva estrategia de crecimiento fundada en la idea de crear nuevos mercados y empleos a través de la revolución del bajo consumo de carbón. En esta estrategia, expliqué la imagen de la revolución japonesa del bajo consumo de carbón y la forma de generarla de la siguiente manera:
(1) elevando el nivel de las nuevas energías y las energías renovables como la energía hidráulica a 20%, el nivel más alto del mundo;
(2) un “Plan para ser el País Número Uno del Mundo en Energía Solar”, por el cual la generación de energía solar aumentará a veinte veces los niveles actuales;
(3) un “plan para que la difusión de los eco-autos sea más rápida que en todos los países del mundo”, por el cual uno de cada dos autos nuevos será ecológico, como un auto híbrido.
Dimos el primer paso adelante con el presupuesto suplementario del año fiscal 2009. Por ejemplo, se asegurarán recursos para dar 250.000 yenes en subsidios cuando un auto usado sea reemplazado por un eco-auto, y para ofrecer eco-puntos por la compra de electrodomésticos que ahorren energía.
6. La carga que deberá sobrellevar la comunidad
No obstante, para alcanzar este objetivo, debemos pedirle al pueblo que sobrelleve ciertas cargas.
Me parece que es una falta de responsabilidad hacia el pueblo repetir simplemente el mantra de “cuanto mayores sean las reducciones de emisiones, mejor” sin indicar en qué medida pesará esa carga sobre la vida cotidiana de las personas y sobre las actividades industriales. Es por eso que me gustaría decir aquí con mucha franqueza cuál será la carga para el pueblo.
Estas son una serie de estimaciones relativas al costo para el pueblo. Al elegir el objetivo a mediano plazo, no tenemos más alternativa que pedir a los ciudadanos que sobrelleven la carga correspondiente.
Por supuesto, el gobierno debe hacer todos los esfuerzos posibles por reducir dicha carga, y está resuelto a hacerlo. También debemos pedir a la comunidad empresaria que se esfuerce y soporte el peso de un mayor desarrollo tecnológico.
No obstante, es el costo de proteger nuestra Tierra. Creo, verdaderamente que Japón debe afrontar el tema del cambio climático con esta firme convicción.
Como pueden ver aquí, en encuestas de opinión recientes, después de conocer estos costos, casi la mitad de los encuestados apoyó una reducción del 14% respecto del nivel de 2005, una reducción muy cercana al objetivo que yo expuse. Quiero expresar mi profundo respeto por el criterio atinado de la opinión pública.
Con una resolución inquebrantable, continuaré luchando por la creación de un marco internacional efectivo que conduzca a una verdadera resolución del tema del cambio climático para que sus esfuerzos y su cooperación no se vean malogrados.
Conclusión: Qué le pido al pueblo
El ambicioso objetivo que elegí será imposible de alcanzar únicamente a través de los esfuerzos del gobierno nacional, por mucho que lo intente.
Los ciudadanos comunes, la industria, los trabajadores, el gobierno nacional, y las autoridades locales – todos debemos emprender acciones de cooperación plena para crear la revolución del bajo consumo de carbón, como la transformación de nuestros estilos de vida y nuestras estructuras industriales, entre otras cosas. Esto también es para beneficio del propio Japón, ya que depende casi totalmente de los países extranjeros para su provisión de la mayoría de los recursos y la energía.
La semana pasada, hablé por teleconferencia con el Sr. Koichi Wakata, el astronauta que está trabajando actualmente a bordo de la estación espacial “Kibou”. Dijo que la Tierra tiene destellos maravillosos, brillando azul en medio de la negrura profunda del espacio.
La Tierra y las generaciones futuras se encuentran en este momento en una coyuntura crítica.
Los que vivimos hoy tenemos la responsabilidad de preservar nuestra bella Tierra para las generaciones futuras y entregársela.
¿No deberíamos ser “la generación que salvó el futuro” para que los niños de las generaciones venideras puedan mirar para atrás en la historia y decir, “Esa fue la época en que alcanzaron la revolución del bajo consumo de carbono y protegieron la Tierra para nosotros”?
Una vez más, les pido su comprensión y su cooperación.