Discurso de S.E. el SR. HIROFUMI NAKASONE, Ministro de Relaciones Exteriores del Japón

en la 45° CONFERENCIA EMPRESARIAL ANUAL JAPÓN-ESTADOS UNIDOS
organizada por los Consejos Empresariales de Japón-Estados Unidos y Estados Unidos-Japón

 

6 de octubre de 2008

THE IMPERIAL HOTEL, Tokio

 

Señoras y Señores;

 

Como todos ustedes saben, la semana pasada, el Congreso de los Estados Unidos sancionó la Ley de Estabilización Económica de Emergencia 2008. Creo que la gente está prestando mucha atención a cómo implementará el proyecto Estados Unidos, pero de todos modos, fue un avance significativo y lo recibo con entusiasmo. Imagino que los dirigentes de empresa del mundo entero, incluidos los que están hoy aquí presentes, han estado siguiendo y enfrentando la crisis financiera en el mercado internacional. Personalmente, percibí su gravedad cuando estuve en Nueva York para asistir a la Asamblea General de las Naciones Unidas después de asumir el cargo de Ministro de Relaciones Exteriores del Japón. La magnitud del impacto internacional de este problema me hizo comprender una vez más la importancia que tienen la cooperación y la coordinación internacional en esta dificultad.

 

“Mi principio es fortalecer la alianza Japón-Estados Unidos; eso debe ser siempre lo primero”.

 

Tales fueron las palabras que el nuevo Primer Ministro Aso expresó en su Discurso sobre Políticas ante la Dieta la semana pasada. Coincido plenamente con él.

 

Japón ha llevado adelante una diplomacia con una sólida alianza Japón-Estados Unidos como principio básico. Japón ha podido gozar de paz y prosperidad durante más de medio siglo innegablemente debido a que se mantuvo una fuerte presencia estadounidense en esta región. La alianza Japón-Estados Unidos, que se fortaleció durante los ocho años de la administración Bush, ha pasado a ser un capital significativo para ambos países. Las encuestas de opinión muestran que la confianza mutua entre los ciudadanos de Japón y Estados Unidos es sumamente elevada. De más está decir que esta relación se funda en intercambios económicos, personales y culturales entre nuestros dos países, y en el valioso apoyo de los dirigentes de empresa de ambos países. Desde ese punto de vista, me gustaría expresar mi gratitud a todos los presentes.

 

El mes que viene, un nuevo Presidente será elegido en Estados Unidos. Me siento estimulado por la comprensión que manifiestan ambos candidatos presidenciales de la importancia de la relación Japón-Estados Unidos. Japón tiene la intención de fortalecer aún más los sólidos lazos de la alianza Japón-Estados Unidos y de abordar conjuntamente los problemas que enfrenta la sociedad internacional. Japón no tiene intenciones de apartarse de la lucha contra el terrorismo. Hemos presentado un proyecto a la Dieta para continuar con las actividades de apoyo relativas al reabastecimiento en el Océano Índico por parte de la Fuerza de Auto-Defensa Marítima. También trabajaremos juntos para implementar con firmeza la reorganización de las fuerzas estadounidenses, entre otras cosas el reemplazo de la Estación Aérea Futenma, así como el traslado de los Marines estadounidenses de Okinawa a Guam. La alianza Japón-Estados Unidos es un vínculo vital para asegurar la paz y la estabilidad globales, y continuaremos haciendo todo lo posible por reforzarla.

 

Pasemos ahora a la relación económica Japón-Estados Unidos. Hubo momentos en que la fricción económica fue un problema significativo. En la actualidad, nuestras relaciones económicas han cambiado profundamente de la “fricción” a la “cooperación”. En particular, las empresas japonesas en sectores como la industria automotriz aumentaron las inversiones en Estados Unidos y trasladaron infraestructura de producción de Japón a Estados Unidos. Estos factores han contribuido a estabilizar significativamente la relación económica japonesa-estadounidense y se han convertido en la base esencial para la alianza Japón-Estados Unidos. Esto es algo que debe fortalecerse aún más.

 

Me ha tocado asumir como Ministro de Relaciones Exteriores del Japón, un cargo de una gran responsabilidad. En la época en que mi padre ocupaba el cargo de Primer Ministro del Japón, cuestiones comerciales como la carne y la naranja generaban mucha controversia, pero mi padre le dijo al Presidente Reagan que “Japón y Estados Unidos comparten un destino común” y empleó sus esfuerzos para establecer una alianza muy estrecha entre Japón y Estados Unidos, comúnmente llamada la “relación Ron-Yasu”. Junto con los dirigentes de empresa aquí presentes hoy, estoy decidido a establecer una alianza Japón-Estados Unidos con mucha cohesión, que pueda ser tan fuerte como durante la época de mi padre, o quizá más.

 

Para seguir fortaleciendo la relación Japón-Estados Unidos, debemos concentrarnos en extender las fronteras de la cooperación entre ambos países. Al asistir a la Asamblea General de las Naciones Unidas, renové mi convicción de que Japón y los Estados Unidos, por ser las dos economías más grandes del mundo, necesitan cooperar para abordar los problemas cada vez mayores que enfrenta la comunidad internacional, como el medio ambiente, la seguridad alimentaria, la pobreza, el SIDA y la malaria. Transmití mi mensaje al mundo de que Japón utilizará su fuerza para afrontar seriamente las cuestiones globales. También confirmé a la Secretaria de Estado Rice que trabajaremos manteniendo una estrecha coordinación respecto de los distintos temas que enfrenta la comunidad internacional.

 

En particular, el cambio climático es uno de los temas más significativos del siglo XXI. Japón y los Estados Unidos, incluidos los sectores público y privado de ambos, deben tomar la delantera para abordar esta cuestión. Hace apenas unos días, el Gobierno del Japón hizo una propuesta específica – que incluye crear categorías según las respectivas etapas de desarrollo económico – relacionada con el concepto básico del marco internacional más allá de 2012. Trabajando en estrecha relación con Estados Unidos, el Gobierno del Japón tiene la intención de ejercer su fuerza para avanzar significativamente respecto del Protocolo de Kioto y para desarrollar un marco internacional eficaz más allá de 2012, en el que todas las grandes economías, con la inclusión de nuevos países en desarrollo como China e India, participen de una manera responsable.

 

Dentro de este contexto, me gustaría poner de relieve que el progreso en tecnología ambiental impulsado por el sector privado es vital en áreas como la energía limpia y la eficiencia energética. Japón y Estados Unidos juntos representan alrededor del 70% del gasto total en investigación en este campo. Promover la cooperación entre empresas japonesas y estadounidenses con el fin de desarrollar esas tecnologías innovadoras es importante para el resto del mundo. El Gobierno ofrecerá el máximo apoyo para dicho fin. Asimismo, en noviembre, en el Estado de California tendrá lugar un referéndum relativo a la emisión de bonos del Estado para la construcción de un sistema de ferrocarril de alta velocidad. Sería significativo, desde el punto de vista de las medidas para reducir el cambio climático, que dichos proyectos avanzaran con una estrecha cooperación del Japón y Estados Unidos.

 

Pasando a otro tema, me gustaría tocar otra cuestión significativa: el fortalecimiento de las economías del Japón y de Estados Unidos. En respuesta a los problemas financieros en el mercado, el Banco del Japón y el Banco de la Reserva Federal de Nueva York firmaron un contrato de pase de divisas y el Banco del Japón introdujo operaciones de aporte de fondos en dólares estadounidenses para el mercado financiero. Me entusiasmó ver a las instituciones financieras privadas del Japón trabajando tan bien para evitar la agitación global, demostrando hasta qué punto es estrecha la cooperación, tanto del sector privado como público del Japón y los Estados Unidos.

 

Como expresó el Primer Ministro Aso en su discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, fortalecer su propia economía sería la contribución inmediata más eficaz que Japón puede hacer a la economía global. Y el fortalecimiento de la economía estadounidense es absolutamente vital para la recuperación de la economía global en general. ¿Qué pueden hacer Japón y Estados Unidos para lograrlo?

 

Entre Japón y Estados Unidos, hemos estado colaborando para fortalecer a ambas economías a través de un diálogo mutuo sobre la reforma regulatoria y la política de competencia en las que cada uno de los gobiernos intercambia peticiones. El Primer Ministro Aso señaló en su Discurso sobre Políticas ante la Dieta que: en el futuro cercano tomaremos medidas para reanimar la actividad comercial, a mediano plazo reconstruiremos las finanzas públicas, y durante el mediano y el largo plazo buscaremos “el crecimiento económico a través de reformas”. Este diálogo bidireccional entre Japón y Estados Unidos tiene el efecto concreto de impulsar “el crecimiento económico a través de reformas” en los dos países. Yo revitalizaré aún más este diálogo Japón-Estados Unidos y continuaré los esfuerzos incesantes por promover “el crecimiento económico a través de reformas”. Para ello, pido a los dirigentes de empresa aquí presentes que alcen su voz y hagan sus peticiones.

 

Por último, no debemos olvidar la perspectiva “regional”. La región Asia-Pacífico es el centro de crecimiento de la economía global. El desarrollo sustentable de esta región es esencial para la estabilidad de la economía global. Sin embargo, existen en la región factores desestabilizadores como la situación norcoreana. Sumar a China para que se convierta en un socio responsable y constructivo es otro tema importante. Como Ministro de Relaciones Exteriores del Japón, trabajaré arduamente para hacer frente a estas cuestiones de la región de Asia del Este. Por otra parte, es importante que Estados Unidos fortalezca aún más sus compromisos en la región y que Japón y Estados Unidos aúnen sus fuerzas para contribuir activamente en la construcción de un nuevo orden económico para la paz y la prosperidad de esta región.

 

Valoramos profundamente que la Conferencia Empresarial Japón-Estados Unidos haya estado emitiendo recomendaciones y profundizando consideraciones sobre un Acuerdo de Asociación Económica Japón-Estados Unidos (su sigla en inglés es EPA). En lo que respecta al concepto de EPA Japón-Estados Unidos, creo personalmente que es de suma importancia que sea debatido y considerado dentro de Japón en forma más amplia y abierta.

 

La liberalización de la economía global beneficia no sólo al Japón y a Estados Unidos sino al mundo en general. No hace falta decir que Japón y Estados Unidos necesitan trabajar estrechamente para una conclusión rápida de la Ronda de Doha. Al mismo tiempo, en esta región, varios estudios sobre Acuerdos de Libre Comercio como ASEAN+3, ASEAN+6, y el llamado FTAAP (Acuerdo de Libre Comercio para Asia-Pacífico) que Estados Unidos propuso y al que se comprometió, están avanzando. Por otra parte, hubo un anuncio notable sobre el lanzamiento de negociaciones para que Estados Unidos participe del Acuerdo de Asociación Económica Estratégica Transpacífico o P4 integral, cuyos socios son Singapur, Nueva Zelanda, Chile y Brunei. Es posible que otros países de la región Asia-Pacífico se incorporen a estas negociaciones. Japón necesita contemplar estos hechos con realismo y debe considerar su propia respuesta a ellos como corresponde.

 

La Cooperación Económica de Asia Pacífico (su sigla en inglés es APEC) existe como foro fundamental cuando pensamos en un marco mayor para la cooperación económica en Asia-Pacífico. En la APEC se están desarrollando discusiones sobre la promoción de la integración económica regional. Estas discusiones incluyen las opciones del ALCAP y la consideración de las perspectivas del ALCAP. Además, Japón presidirá la APEC en 2010 y Estados Unidos en 2011. Dado que Japón y Estados Unidos ocuparán la presidencia en forma sucesiva, es necesario que ambos ejerzan el liderazgo en cooperación y propongan la dirección de un nuevo orden económico y la visión en la región Asia-Pacífico. En Japón estamos llegando al punto en que deberíamos comenzar a analizar seriamente estos puntos.

 

Así, las fronteras de la cooperación Japón-Estados se están extendiendo a aspectos tales como abordar los problemas globales, promover la relación económica bilateral y la cooperación económica en la región Asia-Pacífico.

 

La investidura de nuevas administraciones tanto en Japón como en Estados Unidos puede servir de oportunidad para desarrollar una relación económica más fuerte. Me gustaría que todos ustedes transmitieran a las grandes voces de los sectores privados cómo podemos mejorar la relación económica Japón-Estados Unidos y qué puede facilitar las actividades comerciales. Escucharé seriamente esas voces y apoyaré las actividades que ustedes lleven adelante. Para terminar, desde el fondo de mi corazón, espero que esas voces surjan de esta Conferencia Empresarial Japón-Estados Unidos y rogaré por el éxito de esta Conferencia.

 

Gracias por haberme invitado y gracias por su amable hospitalidad.