DISCURSO DE SU EXCELENCIA EL SR. TARO ASO PRIMER MINISTRO DEL JAPÓN ANTE LA 63° SESIÓN DE LA ASAMBLEA GENERAL DE LAS NACIONES UNIDAS

 

25 de septiembre de 2008

Nueva York

 

Sr. Presidente,

Distinguidos delegados,

Señoras y Señores,

 

Es un grandísimo honor para mí estar aquí en mi carácter de nuevo Primer Ministro Japonés – flamante, verdaderamente, ya que he sido designado por la Dieta hace apenas algo más de 24 horas.

 

En primer lugar, desearía felicitar a Su Excelencia el Sr. Miguel d’Escoto Brockman al asumir la Presidencia de la Asamblea General. Extiendo mi sincero reconocimiento a su Excelencia el Dr. Srgjan Kerim, ex Presidente de la Asamblea General, por los abnegados esfuerzos que realizó durante su gestión. También deseo expresar mi profundo respeto por el liderazgo infatigable demostrado por Su Excelencia el Secretario General Ban Ki-moon en la dirección de las Naciones Unidas.

 

Sr. Presidente,

 

Estando nuevamente aquí en Nueva York, recuerdo una vieja máxima sobre los banqueros. Al parecer, existen solamente dos tipos de banqueros en el mundo, los banqueros con poca memoria y los banqueros sin memoria.

 

En las finanzas, las manías y los pánicos van juntos, de una manera muy similar a la que tienen las sombras de seguir a los objetos. Con el tiempo, las manías invariablemente aumentan originando el consiguiente pánico.

Hace diez años, en septiembre nada menos, el mundo conoció una pesadilla en la cual la liquidez de pronto se agotó. En un lapso un poco mayor que el último cuarto de siglo, casi parecería que las manías y los pánicos han ejecutado un rondó musical interminable a intervalos de algunos años, con un gran número de países y mercados como escenario, incluido Tokio naturalmente.

 

Tokio se ha mantenido relativamente lúcido durante este último desenfreno. Pero, dicho esto, se podría afirmar que la razón no fue otra que el tiempo excepcionalmente largo que habíamos sufrido cuando, a raíz de la locura anterior de la década de 1980 y los ’90, nuestra resaca se transformó en sobreendeudamiento.

 

Este rondó es interminable, y por lo tanto, ciertamente la humanidad una vez más oirá esa misma melodía en el futuro no muy lejano. Debemos, simplemente, avanzar centímetro a centímetro en cada oportunidad y decidirnos a ser más prudentes.

 

Una vez más, están a punto de comenzar ruidosas discusiones sobre la arquitectura financiera internacional. Japón está ansioso por aportar sus experiencias y su conocimiento.

 

Sr. Presidente,

 

En Japón, mayo es la estación para disfrutar los nuevos brotes verdes, y el 7 de julio es el día en que, tanto niños como adultos, anudan cintas de papel donde escribieron con letra manuscrita sus deseos a ramas de bambú colgadas de los aleros y miran el cielo nocturno mientras rezan para que sus sueños se hagan realidad.

 

Este año en mayo, Japón fue sede de la Cuarta Conferencia Internacional de Tokio sobre el Desarrollo de África, también conocida como “TICAD IV”, que reunió a unos 3.000 participantes en la ciudad portuaria de Yokohama.

 

Procedentes de África, se reunieron representantes de 51 países, entre ellos 41 a nivel de jefe de Estado y de gobierno. Esta Conferencia, abogando con entusiasmo por un “África Vibrante” exigió ayuda para acelerar el crecimiento económico. Para concentrarse en los Objetivos de Desarrollo del Milenio de manera sustentable, y fomentar la salud, el agua y la sanidad y la educación en África sobre la base de la seguridad humana – concepto que Japón ha nutrido cuidadosamente – tres mil personas renovaron su determinación de alcanzar esos objetivos. La vibración de las hojas verdes nuevas de Japón sin duda llegó al corazón de cada participante.

 

Luego, el 7 de julio, día en que oramos por la realización de nuestros sueños para el futuro, el Gobierno de Japón trasladó el escenario al Lago Toyako en nuestra isla norteña de Hokkaido, inaugurando la cumbre del G8 y una serie de reuniones de extensión.

 

Nuevamente, Japón inscribió entre los temas principales cuestiones relacionadas con el desarrollo y para ello invitamos a un gran número de participantes africanos. El objetivo era asegurar que el impulso generado por TICAD IV se mantuviera firmemente.

 

En razón de haber incluido el cambio climático como otro tema de la Cumbre, logramos un acuerdo para intentar adoptar un objetivo global a largo plazo de reducir las emisiones y tratar de crear, por intermedio de las Naciones Unidas, un marco eficaz en el que todas las grandes economías puedan participar de manera responsable. Se trata de un resultado de la Cumbre de Toyako que no debería ser considerado un asunto menor. Aspiramos a realizar estos objetivos no más allá de fines de 2009.

 

Sr. Presidente y honorables delegados, creo que ustedes asocian sus esfuerzos para enfrentar el cambio climático con el nombre de la antigua capital de Japón durante mil años, Kioto. Japón siempre ha sentido cierto grado de orgullo respecto de esta cuestión. Japón lidera al mundo en materia de requerir la cantidad mínima de energía para producir una unidad de PBI. Nuestra creatividad tecnológica ha sido el telón de fondo para hacerlo posible. Ansiamos que el mundo utilice esto en mucha mayor medida. La idea de un enfoque sectorial también es algo que Japón tiene la ambición de aportar a muchos otros países.

 

Sr. Presidente,

 

Ese fue el hito alcanzado por el G8 hace escasamente algo más de dos meses, con Japón como presidente.

 

Estamos viendo en este momento irregularidades en la economía global. Es mi deseo – y, de hecho, es lo que creo – que las promesas de mayo y los sueños de julio serán insensibles a los vientos fuertes y rápidos que en este momento los están castigando duramente. Poder hacer que “África Vibrante” sea más vibrante aún, o acabar con la degradación ambiental global a través de los esfuerzos de todos los países – ambas cosas tienen una premisa importante: la estabilidad de la economía global.

 

Siendo así, tal como yo lo veo entonces, la tarea que Japón tiene por delante ya es muy clara. Concretamente, la responsabilidad primordial de Japón consiste en fortalecer su propia economía. Dada la envergadura de la economía japonesa, la segunda en el mundo, ciertamente ésta sería la contribución más efectiva que puede hacer Japón en lo inmediato. Yo trabajaré con determinación para realizar esa contribución. Es la promesa que yo les hago a Usted, Sr. Presidente, y a esta venerable Asamblea.

 

Sr. Presidente,

 

Permítame cambiar ahora de tema para relatarle un pequeño episodio que tuvo lugar el verano pasado.

 

Esto ocurrió en una pequeña localidad en las afueras de Tokio. Nueve estudiantes secundarios extranjeros llegaron allí a fines de agosto, y era la primera vez que pisaban Japón. Que estos visitantes, estudiantes secundarios típicos, hicieran muecas frente a la comida desconocida que se les ofrecía, no tenía nada de excepcional.

 

Pero sí había un aspecto en el cual estos chicos y chicas jóvenes se apartaban de los que participan en programas de invitación convencionales. Todos estos estudiantes secundarios – cuatro palestinos y cinco israelíes – habían perdido por lo menos a un familiar debido al terrorismo u otros aspectos relacionados con la grave situación que enfrenta Medio Oriente.

 

Sr. Presidente,

 

Acabo de presentar una de las iniciativas que la sociedad civil japonesa ha puesto en marcha para propiciar la reconciliación. Puede ser que estos estudiantes secundarios no tengan la posibilidad de relacionarse entre sí al regresar a su país. No obstante, durante los varios días que pasan en un país lejano, viajando de un lugar a otro por el territorio bello y frondoso de Japón en pares formados por israelíes y palestinos, algo cambia en su interior. Estos jóvenes llegan a entender que la religión y la etnia no cambian nada cuando se trata del dolor sentido al perder un familiar, y suelen echarse a llorar cuando toman conciencia de esto. A través de esas lágrimas de comprensión llegarán a ver vínculos entre sus respectivos futuros.

 

Para una paz integral en Medio Oriente, lo que se necesita es el “trabajo previo” mental capaz de hacer posible esa paz. Al invertir en las mentes jóvenes de estudiantes secundarios, la sociedad civil japonesa está trabajando para impulsar ese trabajo previo.

 

Sr. Presidente,

 

Como bien sugiere este ejemplo, en mi mente no hay ninguna duda de que existen ciertos tipos de diplomacia que Japón está singularmente capacitado para emprender.

 

Si se introdujera la tecnología israelí de “irrigación por goteo” al Oeste del Río Jordán, los jóvenes palestinos podrían llegar a dedicarse a la producción de verduras. Sin embargo, el muro de desconfianza que separa a las dos facciones no lo permitirá en el futuro inmediato. Aquí, Japón desea actuar como catalizador, sirviendo de mediador entre ambas partes. Japón está dispuesto a aportar sus tecnologías que maximizan el potencial de la irrigación por goteo.

 

Con el tiempo, gracias a la irrigación, la tierra de Cisjordania será fértil. Los productos agrícolas cultivados allí serán procesados por palestinos y transportados a través del Jordán para ser distribuidos frescos en los comercios de regiones consumidoras alrededor del Golfo. El Gobierno de Japón aspira a hacer realidad ese futuro a través de su iniciativa: “Corredor para la Paz y la Prosperidad”.

 

Aquí, Japón continúa ofreciendo sus tecnologías y su financiación, pero sobre todo, apunta a ser un mediador que promueva confianza. De más está decir que la confianza es el más escaso de los recursos en Medio Oriente.

 

El Gobierno de Japón se apresta en este momento a presentar un proyecto de resolución sobre la eliminación total de las armas nucleares. Creo que no hay nadie que ponga en duda el compromiso incondicional del pueblo japonés en esta materia. Asimismo, creo que sería superfluo ahondar en el hecho de que Japón valora las actividades de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA). Japón ha presentado al Sr. Yukiya Amano, Embajador ante las Organizaciones Internacionales en Viena y ex Presidente de la Junta de Gobernadores de la AIEA como candidato para ser el próximo Director General de la AIEA. Hago una exhortación vigorosa a apoyar su candidatura.

 

Sr. Presidente,

 

Hace apenas un momento, mencioné brevemente el significado que tiene el 7 de julio para Japón. Los jefes de Estado y de gobierno y sus cónyuges, reunidos en Toyako para la Cumbre del G8, escribieron sus deseos en hojas de bambú. Si bien las palabras variaban de uno a otro, no hubo una sola persona que no incluyera un deseo de paz.

 

Sin embargo, en el breve lapso transcurrido desde entonces, ha habido incidentes en distintos lugares que, uno tras otro, perturbaron la paz. Ante todo, en cuanto a la situación en Georgia, espero firmemente ver una resolución pacífica de los problemas sobre la base del principio de integridad territorial con una actuación responsable de las partes involucradas, incluida Rusia.

Y hablando del 7 de julio, esa fecha evoca recuerdos horrendos en el Reino Unido. Nosotros, los delegados reunidos aquí, nos hemos indignado nuevamente ante la atrocidad del ataque terrorista que tuvo lugar en Islamabad cinco días atrás. También ha revelado ser difícil encontrar el camino que lleve a mejorar la situación en Afganistán. No ha habido cambios de ningún tipo en el hecho de que el terrorismo constituye la mayor amenaza para la paz y la prosperidad en el mundo.

 

Creo que la comunidad internacional debe seguir estando comprometida en esfuerzos tenaces para combatir el terrorismo. Desde el comienzo, Japón se ha empeñado en la ayuda de reconstrucción para Afganistán y hemos mantenido nuestras actividades de reaprovisionamiento en el Océano Índico. Me gustaría señalar aquí que Japón continuará en el futuro junto a la comunidad internacional y que participará activamente en la lucha contra el terrorismo.

 

Entre las cuestiones destacadas en el área cercana a Japón, no hace falta decir que las más apremiantes son las relacionadas con Corea del Norte.

 

Corea del Norte ha secuestrado a ciudadanos japoneses, entre ellos a una niña inocente llamada Megumi. Pese a la promesa de iniciar nuevamente una investigación sobre las víctimas de secuestro, todavía no se ha emprendido ninguna acción tendente a cumplir con este compromiso. En lo que se refiere a la promesa de abandonar sus programas nucleares, es ampliamente conocida la notable falta de avance en estos últimos tiempos. Paralelamente a las acciones que emprendería Corea del Norte, estoy dispuesto a tomar medidas para la resolución de los principales temas de preocupación entre Japón y Corea del Norte y el arreglo de un pasado desafortunado entre nosotros, haciendo avanzar las relaciones Japón-Corea del Norte. Lo que esperamos es que Corea del Norte actúe. También seguiré tratando de que Corea del Norte desista de sus plantas nucleares y sus armas nucleares dentro del marco de las Conversaciones de los Seis.

 

Esto me lleva a decir que tanto China como la República de Corea son socios importantes para Japón y países con los cuales Japón debe esforzarse por incrementar los beneficios mutuos y los intereses compartidos. Japón debe favorecer la cooperación en niveles múltiples con ambos países así como con la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN). Juntos, debemos reforzar la paz y la prosperidad de la región del Este Asiático, y más allá, la paz y la prosperidad del mundo.

 

Sr. Presidente,

 

Como dije al comenzar estas palabras, soy Primer Ministro del Japón desde hace muy poco tiempo. Fui designado Primer Ministro por la Dieta y nombrado por Su Majestad el Emperador del Japón hace apenas 24 horas, y éste es mi primer compromiso desde que asumí mis funciones. Espero que a través de lo que dije hasta ahora hayan podido apreciar por qué hice tantos esfuerzos por reunirme hoy aquí con ustedes. Hay numerosos puntos que he estado queriendo plantear.

 

Mirando para atrás, Japón ha recorrido un largo camino, con la alianza Japón-Estados Unidos como piedra angular inalterable, mejorando a la vez con tenacidad las relaciones con los países asiáticos vecinos. Y creo que usted, Sr. Presidente, y todos los demás dignatarios reunidos en la sala de esta Asamblea reconocerán sin excepción que Japón destaca con firmeza la importancia de las Naciones Unidas y no se ha desviado ni una sola vez del camino de la cooperación internacional. Pese a haber sufrido a veces adversidades, los ciudadanos de Japón, que tan vigorosamente llevaron adelante la construcción de la economía, se han guiado por una sola filosofía hasta el presente: que la paz y la felicidad están sin duda a nuestro alcance a través de la búsqueda de la prosperidad económica y la democracia.

 

Estoy decidido a trabajar en solidaridad con países que sostengan los mismos valores fundamentales y a compartir las experiencias de Japón con aquellos países que necesiten fuertemente ese apoyo. Estoy firmemente convencido de que Japón tiene esa responsabilidad.

 

Sr. Presidente,

 

Es por estas razones justamente que, hablando en representación del pueblo de Japón, debo declarar y reiterar el imperativo absoluto de la reforma del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Debemos llevar a cabo la reforma inicial del Consejo de Seguridad mediante una ampliación de los miembros tanto permanentes como no permanentes. El mes próximo, serán elegidos nuevos miembros no permanentes del Consejo, y Japón se presenta como candidato. Sr. Presidente, colegas, permítanme concluir mis palabras hoy expresando mi sincero deseo de que los Estados miembros apoyen la candidatura de Japón.

 

Gracias por su amable atención.