1.Introducción:
Antes
de entrar en el tema que voy a desarrollar aquí,
debo hacer una aclaración. Los conceptos que voy
a expresar hoy constituyen mis propias opiniones y no necesariamente
reflejan las de mi gobierno. Como Ustedes saben, no puede
haber una imposición acerca de qué es la cultura,
salvo bajo un régimen totalitario. Por otra parte,
una de las funciones que se asigna a los diplomáticos
es difundir nuestra cultura en el mundo. Como verán
el mundo está lleno de contradicciones. Espero que
ustedes entiendan mi delicada situación.
Hoy
quiero compartir con ustedes algunas consideraciones acerca
del carácter de la cultura japonesa y de algunos
aspectos de la idiosincrasia de los japoneses.
Antes
de entrar en tema, quisiera clarificar a qué me refiero
cuando hablo de “cultura”. La cultura no se
limita a la ceremonia del té, a los arreglos florales
o al Teatro Kabuki. La cultura es un concepto más
amplio. La Declaración Universal sobre la Diversidad
Cultural adoptada por la Conferencia General de la UNESCO
hace seis años, reafirma que “la cultura debe
ser considerada como el conjunto de los rasgos distintivos
espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que
caracterizan a una sociedad o a un grupo social y que abarca,
además de las artes y las letras, los modos de vida,
las maneras de vivir juntos, los sistemas de valores, las
tradiciones y las creencias”.
2.
Carácter de la cultura japonesa: ¿Tradición
contra Desarrollo?
Una
de las preguntas más frecuentes que nos plantean
a los japoneses que residimos en el exterior, es ¿porqué
Japón pudo desarrollar industrias innovadoras de
alta tecnología mientras preservó su cultura
tradicional? Esta pregunta se basa en la convicción
de que debería haber conflicto entre la cultura autóctona
de Japón y la tecnología moderna, el crecimiento
económico, la globalización y la influencia
externa. Para mí, la coexistencia de la cultura y
la tecnología no es nada que deba sorprender. Creo
que la respuesta a este interrogante la encontraremos en
la misma identidad de la cultura japonesa.
(1)
Innovación compatible:
Esta
identidad tiene, bajo mi punto de vista, dos caras. En
primer lugar, en Japón, raramente han existido
conflictos serios entre cultura e innovación. La
innovación ha sido normalmente el resultado del
progreso natural de lo que llamamos culturas “tradicionales”.
La cultura japonesa ha sido innovación compatible
por naturaleza. Y esta característica de la cultura
japonesa no es nada nuevo. Dado que me llevaría
mucho tiempo hablar de la historia de hace 120 siglos,
permítanme ofrecerles algunas anécdotas
del Período Edo, habitualmente considerado como
un período de incubación de la cultura japonesa;
es decir desde el comienzo del siglo XVII a la segunda
mitad del siglo XIX. De hecho, muchas de las expresiones
culturales japonesas comenzaron a florecer durante dicho
período.
A
veces me siento desconcertado cuando sólo las actividades
o los bienes culturales antiguos son presentados como
“japoneses”. ¿Qué ocurre entonces
con el ANIMÉ japonés o el MANGA (los comics
japoneses) que pueden verse 24 horas al día por
el canal 61 ANIMAX de Cablevisión, o con las películas
de Kurosawa, o con la música pop japonesa que son
muy populares fuera de Japón? En la actualidad
no dudamos en referirnos a estas manifestaciones como
cultura japonesa. Casi el 40% de las publicaciones en
el Japón de hoy es manga.
Aquellos
que piensen que esto es cultura moderna y no tradicional,
se sorprenderían si supieran que el manga o los
comics japoneses tienen su origen en los pergaminos EMAKI,
que reflejaron la cultura aristocrática gobernante
en Japón desde fines del siglo IX hasta el siglo
XV. Dichos pergaminos crearon una sensibilidad que hizo
que el manga y el animé sean lo que son hoy, combinando
texto con ilustraciones, y ofreciendo un retrato crítico
y humorístico de la humanidad. La pintura UKIYOE
es otra conocida manifestación artística
japonesa relacionada con el manga actual. Los libros de
dibujos infantiles llamados EHON del período de
Edo se componen de una serie de ilustraciones. El texto
y los diálogos se ubican en los espacios vacíos
de los dibujos y juntos cuentan una historia. Estos son
los ancestros del manga en tiempos pre-modernos.
(2)
Abierta a la cultura foránea:
En
segundo lugar, ¿Ustedes piensan que Japón
ha venido manteniendo su cultura tradicional en forma
original, sin ser afectada por culturas foráneas
por siglos? Todo lo contrario. A través de su larga
historia, con la excepción de un período
muy corto, Japón ha sido abierto y receptivo a
las culturas del exterior. La absorción de otras
culturas se ha convertido en la fuente misma de su fortaleza.
Es decir, la naturaleza de la cultura japonesa siempre
ha adoptado diversidad y un toque internacional.
He
dicho “con la excepción de un período
muy corto”, que corresponde a unos 200 años
de una política aislacionista del gobierno de Edo.
Pero aún este período, no era de completo
encierro. La política de aislamiento nacional no
debe ser interpretada como que Japón estaba completamente
cerrado al mundo exterior, ni a sus conocimientos, tecnología
y cultura. Es indiscutible que durante el período
Edo Japón mantuvo vínculos de una forma
u otra con algunos países. En estos días,
se está investigando mucho y se están reconociendo
muchos méritos del período Edo. Un ejemplo
son las misiones extranjeras, que viajaban hacia Edo para
solicitar audiencias con el shogun. Los periódicos
viajes de las misiones extranjeras, ayudaron al aumento
de estudios extranjeros hacia fines del siglo XVIII y
principios del XIX, lo cual cimentó las bases para
la extensión de las ciencias modernas en Japón.
Esto también tuvo un impacto significativo sobre
la cultura y la sociedad foránea.
Pero
pensándolo bien, sin embargo, esto no constituye
una particularidad de Japón. Historias similares
se repiten en muchos lugares del mundo demostrando cómo
una cultura se extiende y desarrolla en otras partes del
globo. Algunos ejemplos populares como el vino Malbec
cuya uva es originaria del Sudoeste de Francia, donde
no se aprecia demasiado. Esta cepa se ha convertido en
el vino típico de la Argentina, donde ha encontrado
las características ecológicas más
propicias para su desarrollo. De esta forma, el malbec
argentino ha alcanzado un reconocimiento internacional
y ha sido premiado con merecidas medallas en concursos
enológicos.
Otra
vez me voy a apartar aquí, si me permiten, de la
línea central de mi disertación. Ya que
hemos visto algunas características culturales
de Japón y ahora nos dirigimos hacia el interesante
tema de la mentalidad japonesa, permítanme tratar
de realizar una comparación entre el carácter
de los argentinos y de los japoneses. Puedo pensar en
tres diferencias notorias entre argentinos y japoneses;
1) Japón es un país relativamente homogéneo
desde el punto de vista cultural, mientras que Argentina
es un país “crisol de razas”; 2) los
japoneses practican religiones no monoteístas (el
shintoismo, el budismo...etc,) mientras que los argentinos
se adhieren a las religiones monoteístas como el
catolicismo o el judaísmo y 3) la escasez de territorio
y la gran cantidad de población condicionan el
carácter de los japoneses, mientras en Argentina
pasa lo mismo con la abundancia de territorio y de recursos
naturales.
En cuanto a las similitudes, entre argentinos y japoneses
podemos afirmar que 1) ambos absorbimos culturas foráneas
(Japón de China e India antiguamente y de Europa
recientemente. Argentina de España e Italia principalmente);
2) a ambos nos encanta el fútbol; 3)que ambos pueblos
saben salir de las crisis airosamente.
3.
Análisis de la mentalidad japonesa:
La cultura es creada y desarrollada por los seres humanos.
Si la cultura de un país tiene determinadas características,
éstas deben ser el reflejo del carácter de
su gente. Fue el carácter inalterado del pueblo japonés
el que formó las antes mencionadas peculiaridades
de la cultura japonesa. Por conveniencia, me tomé
la libertad de catalogar la mentalidad japonesa en dos categorías..
La primer
y principal característica de los japoneses es la
“curiosidad”. Somos curiosos, indagadores y
perseverantes. Esto explica otras peculiaridades frecuentemente
observadas en la forma de pensar y en las acciones del pueblo
y la sociedad japonesa; tales como la creatividad, la devoción
extrema por el trabajo, un fuerte interés en la educación,
la competencia feroz en los negocios, el realismo, etc.
La segunda
característica es la “armonía”:
Cuando digo “armonía” esto significa
la preferencia de relaciones armónicas con otras
personas y con la naturaleza que nos rodea. Este concepto
lleva a otras particularidades de la mentalidad típica
japonesa tales como la toma de decisiones por consenso,
el trabajo en equipo, la tolerancia y la coexistencia o
filosofía simbiótica, etc.
Permítanme
demostrar mi análisis, ilustrándolos con algunas
historias y casos, con el foco principal puesto en la historia
pasada del Japón. Espero que les ayude a comprender
cómo estos dos conceptos “curiosidad”
y “armonía” han sido dominantes en la
mentalidad japonesa desde hace tiempo. También espero
que esta disertación les ayude a entender la mentalidad
y el corazón de sus contrapartes japoneses, sean
éstos colegas, novios, novias en el futuro. Si encuentran
un caso en el que mi teoría no se aplica, por favor
no me tomen por un mentiroso, sino que recuerden el famoso
axioma que dice que “cada regla tiene su excepción”.
(1)
Curiosidad.
Permítanme
hablarles ahora de algunas peculiaridades de la mentalidad
de los japoneses que espero pueda ser entendida con la
palabra clave “curiosidad”.
a)
Turismo y Transporte.
El
período Edo fue un tiempo de paz nunca visto en
la historia de Japón. Con la paz y la seguridad
consolidadas, los japoneses disfrutaron mucho de los viajes
donde descubrían y experimentaban cosas nuevas.
Muchos de los diarios de viajes escritos en la era Edo
son hoy muy famosos y ampliamente leídos como grandes
piezas literarias. Como muchos de los sistemas que se
desarrollaron durante el período Edo, el sistema
de transporte de Japón, centrado en autopistas
dotadas de ciudades postas (conocidas como “estaciones”),
fueron designadas originalmente no para el transporte
privado sino con propósitos militares. Cinco de
las más importantes autopistas incluyendo la de
Tokaido que une Tokio con Osaka fueron creadas originariamente
con el objetivo de que los shogunes pudieran enviar gran
cantidad de tropas a cualquier parte del país.
Este sistema de autopistas y estaciones del período
Edo le brindó a la gente una forma de viajar y
de transportar gran cantidad de bienes eficientemente
y con seguridad. Y esto a la larga preparó el camino
de un auge sin precedentes en los viajes recreativos.
El destino más popular de estos viajes recreativos
era el Santuario Shintoísta de Ise. De acuerdo
con las estadísticas de comienzos del siglo XVIII,
el número de peregrinos que visitaron el Santuario
de Ise durante los primeros cuatro meses de cada año
(la temporada de vacación de los campesinos) alcanzó
los 420.000.
b)
Desarrollo Tecnológico.
He
afirmado que algunas de las manifestaciones culturales
japonesas “tradicionales” empezaron a florecer
en el Período Edo. ¿Pero qué pasa
con la tecnología? La tecnología también
prosperó durante el Período Edo o hasta
incluso antes, y estuvo íntimamente relacionada
con el desarrollo de la cultura japonesa.
<1>
Armas de fuego; Génesis
de la producción en masa.
Las
armas de fuego fueron introducidas desde el exterior en
Japón en 1543. En pocos años, los fusiles
fabricados en Japón se vendían en los mercados
de Kioto y Osaka. La demanda de armas fue muy alta en
el Período de los Estados en Guerra, cuando se
producen guerras civiles esporádicas entre los
lores, y los fabricantes de espadas se apresuraban en
reproducir el nuevo invento. Hacia fines del siglo XVI,
Japón ya era el productor número uno de
fusiles en el mundo; esta producción en masa es
previa a la llamada Revolución Industrial en Gran
Bretaña.
<2>
Relojes; trabajo minucioso.
Otro
ejemplo lo constituyen los relojes. El reloj mecánico
también fue introducido alrededor de la misma época.
El reloj que el jesuita Francisco Xavier presentó
en 1551 se cree que ha sido el primer reloj introducido
en Japón. Hacia fines del siglo XVI, nació
el primer reloj mecánico en Japón. Como
pueden observar, tomó más tiempo la producción
de relojes mecánicos en Japón que la producción
de fusiles. La razón radica en que no es fácil
crear un reloj que represente el sistema de tiempo japonés.
En los relojes europeos, las horas tienen siempre la misma
duración. En Japón, el tiempo se mide por
horas desiguales o estacionales, dividiendo el tiempo
desde el amanecer hasta el atardecer en seis partes iguales.
La extensión de cada parte, entonces, era elástica,
siendo las horas más largas en verano y más
cortas en invierno. Los artesanos mecánicos japoneses
entonces no imitaron simplemente el trabajo de los relojes
occidentales, sino que realizaron modificaciones propias.
Después, los relojeros japoneses llegaron a producir
marionetas mecánicas e instrumentos de precisión
para astrónomos y topógrafos, transformándose
de artesanos en ingenieros.
Permítanme
realizar un nuevo paréntesis aquí. Hace
unos días disfruté viendo la famosa película
“El Tercer Hombre” cuyo actor principal es
el renombrado y ya fallecido Orson Wells. Hay una escena
en la que Wells le dice a su amigo algo así “En
Italia durante mil años con los Borgias, tuvieron
guerras, terror, asesinatos y derramamiento de sangre,
pero también produjeron a Miguel Ángel,
da Vinci y el Renacimiento. En Suiza, tuvieron hermandad
y amor. Durante 500 años de democracia y paz, ¿qué
produjeron? El reloj cucú”. La primera vez
que vi la película 30 años atrás,
pensé que la paz y el arte eran incompatibles.
Quizás sólo en las películas. En
Asia, en cambio, en el Período Edo de Japón
tuvimos paz, relojes, y excelentes trabajos artísticos
juntos.
c)
Mercado a futuro. Modelo comercial innovador en el período
Edo.
Es
bien sabido que la principal mercancía distribuida
a lo largo de toda la nación en aquella época
era el arroz. Naturalmente este producto agrícola
sufría, a menudo, fluctuaciones de precios dependiendo
de una buena o mala cosecha cada año. Los comerciantes
de Osaka, centro mercantil de Japón, inventaron
el sistema moderno y estable del mercado a futuro, el
primero en el mundo. El mercado a futuro consistía
en fijar de antemano el valor del arroz para garantizar
el precio a los agricultores. Este mecanismo contribuyó
al suministro estable de alimentos, posibilitando la alimentación
de gran cantidad de personas y favoreciendo así
el crecimiento de la población. Como resultado
del próspero mercado comercial y financiero basado
en la iniciativa privada, como este mercado a futuro,
la capital de Japón tenía una población
de un millón de habitantes al comienzo del siglo
XIX, mientras que la población de Londres era de
ochocientos mil habitantes y la de París de quinientos
mil.
d)
Afecto por las máquinas.
Por
cierto, parece haber una diferencia considerable entre
la sensibilidad japonesa y la occidental hacia los dispositivos
mecánicos. Aproximadamente la mitad de los robots
industriales que operan en el mundo se encuentran en Japón.
Cuando los robots aparecieron por primera vez en las líneas
de producción hace 20 años, los obreros
japoneses les dieron la bienvenida como nuevos miembros
del equipo, pegándoles fotografías de cantantes
populares y llamándolos por los nombres de dichos
cantantes y actores conocidos. Esto fue catalogado por
los medios de prensa extranjeros como una costumbre excéntrica,
pero tiene perfecto sentido a la luz de la mentalidad
por la cual los japoneses sienten afecto por los muñecos
mecánicos y han hecho del dibujo animado “Tetsuwan
Atomu”, conocido aquí como ASTROBOY, un héroe
nacional. La propensión a considerar a las máquinas
como seres vivientes y el deseo de comunicarse con ellos
es una tradición japonesa que se transmitió
desde el Período Edo. Esto se debe a que los japoneses
creen que cada cosa tiene un espíritu o alma. En
Argentina, en la planta que la empresa Toyota tiene en
Zárate, los robots japoneses y los empleados argentinos
también trabajan amigablemente.
(2)
Armonía:
Si
alguno de Ustedes ha tenido la oportunidad de negociar
con algún hombre de negocios japonés, puede
haber notado que no muchos japoneses dicen directamente
“No” al rechazar una propuesta. Los japoneses
suelen responder cosas como “Entiendo perfectamente
la razón de su propuesta, pero existen diversas
dificultades que impiden la realización de la misma”…Voy
a realizar todos los esfuerzos que estén a mi alcance
para que su propuesta sea aceptada… pero mi poder
es limitado…”, etc. Es decir, la respuesta
es a veces muy extensa y poco concreta. En la mentalidad
japonesa, preferimos evitar cualquier confrontación
innecesaria. Con una explicación extensa de la
situación esperamos que el interlocutor esté
de acuerdo con nuestra posición por voluntad propia,
sin tener que negarnos rotundamente a la solicitud ni
obligar al interlocutor a aceptar nuestra contra-oferta.
En casi todas las empresas japonesas, organismos gubernamentales
e incluso en el Congreso, muchas de las decisiones se
toman por consenso. En las Naciones Unidas el Gobierno
del Japón raramente ha solicitado tomar decisiones
mediante el voto. Como ustedes saben, pedir voto es mostrarse
en contra. Según recuerdo cuando desempeñé
mi cargo por tres años en la Misión Permanente
de Japón ante los Organismos Internacionales de
Ginebra, Japón solicitó la votación
en una sola oportunidad. Y alguien me comentó en
aquella ocasión que esa solicitud de voto puede
haber sido la primera hecha por el Gobierno de Japón
en toda su historia.
a)
La primera Constitución Japonesa.
Es
asombroso leer un artículo de la primera Constitución
Japonesa de comienzos del siglo VII. El artículo
primero de la Constitución expresa que “la
armonía (denominada “wa” en japonés)
debe ser respetada”. Esta es la regla fundamental
de la nación, ubicada al principio de la Constitución
y que precede a otros artículos como “debe
respetarse el budismo”, o “acatar las órdenes
del Emperador”.
b)
Toma de Decisiones por consenso.
No
es necesario aclarar, que los japoneses piensan muy distinto
respecto a diferentes temas y problemas. Siempre existen
miembros rebeldes en las organizaciones, incluso en Japón.
El punto aquí es que ponerse de acuerdo dentro
del grupo o la comunidad por el bien del trabajo en equipo
es considerado una virtud. En consecuencia, la mayoría
de las decisiones se toma por consenso con el acuerdo
o al menos la aquiescencia de todos.
La
toma de decisiones por consenso significa que todos los
miembros comparten la misma información relevante,
están de acuerdo con los objetivos que se persiguen
y conocen que rol ocupan en la organización. Es
un mérito para la organización. En líneas
generales, cuando el sistema legal de una sociedad no
es lo suficientemente claro como para resolver un problema,
la “armonía” entre los miembros de
la comunidad puede funcionar como una norma virtual, y
así puede surgir una solución más
aceptable y adecuada. En la actualidad, sin embargo, cuando
existen tantos intereses irreconciliables, es prácticamente
imposible imponer un consenso en todos los asuntos. Entonces
tenemos que admitir que demasiado adherirse a la armonía
a veces impide la movilidad de una organización.
c)
Teoría de la Evolución contra Teoría
de la Simbiosis.
En
la mentalidad japonesa el respeto a la armonía
va más allá de las relaciones humanas. Los
japoneses sienten por instinto que la armonía debe
ser mantenida también con la naturaleza y con las
culturas del exterior. Nos sentimos incómodos si
esta armonía es perturbada. Me hace pensar en el
Darwinismo. [Permítanme realizar un gran salto].
Como Ustedes saben Charles Darwin, un científico
británico del siglo XIX desarrolló la “Teoría
de la Evolución” o la “Teoría
de la Supervivencia del Más Apto”. El decía
que sólo los más aptos de cada especie sobreviven
a través de la competencia con los otros, de lo
cual se deriva la evolución de la especie. La teoría
es tomada como sentido común en Europa y contribuyó
a la convicción europea de que “la civilización
occidental ha personificado el valor universal de la democracia
liberal y está en la cima de la evolución
humana”. Aquí surgen dos estudiosos japoneses
que desafían el Darwinismo, el Dr. Kinji Imanishi
y el Dr. Tadao Umesao. A mediados del siglo pasado, ellos
argumentaron que 1) la evolución de las especies
o culturas se produce no sólo por competencia sino
también por simbiosis, o en un lenguaje más
coloquial, por coexistencia; 2) la evolución puede
desarrollarse en muchas áreas simultáneamente
dada la interacción entre seres vivientes y el
ambiente que los rodea; 3) en consecuencia, existen muchos
otros estilos de evolución no europeos en el mundo.
Esta teoría se llama la “Teoría de
la Simbiosis”. Los japoneses, que hacen mucho por
la armonía, se sienten más cómodos
con esta teoría de la simbiosis, que con la teoría
de la batalla y la supervivencia.
4.
Conclusión:
Para
finalizar, desearía expresar mi convicción
de que el intercambio personal y el intercambio cultural
son las bases para el entendimiento mutuo. Este entendimiento
mutuo entre naciones llevará a la interacción
de las culturas, lo que eventualmente enriquecerá
nuestras propias vidas cultural y espiritualmente así
como también desarrollará aún más
las relaciones amistosas entre los países. Argentina
y Japón, en particular, con sus similitudes y diferencias,
han logrado que esa interacción e intercambio cultural
crezca cada vez más, basado en el respeto y la admiración
mutua por la cultura del otro, afianzando las centenarias
relaciones de amistad ente ambos países.
Muchísimas
gracias por su amable atención.